Con el gol tempranero de Borja, el Paisa se quedó con la segunda Copa Libertadores de su historia, ante un durísimo y digno Independiente del Valle.
Después de 27 años, Atlético Nacional de Medellín puede volver a gritar bien fuerte que es campeón de América, al quedarse con una Copa Libertadores que dominó de principio a fin. La final fue durísima nuevamente, porque Independiente del Valle luchó hasta el último minuto y con armas más que nobles, las mismas que lo depositaron en la definición.
La estrella, una vez más, fue Miguel Borja. El refuerzo que llegara hace poco más de un mes había metido cuatro en las semifinales ante Sao Paulo y esta noche fue quien perforó la valla de Azcona, luego de un tiro libre en el que fallaron Arturo Mina y el arquero.
Con la necesaria y rápida ventaja, el Verde quiso controlar las acciones y lo hizo por varios pasajes, pero siempre expuesto a la velocidad de Angulo, un dolor de cabeza constante y que tuvo su gran chance promediando la primera etapa pero su remate a quemarropas se fue alto.
La segunda parte del juego pareció a pedido de los de Rueda, que no lograron liquidarlo pero congelaron la pelota por minutos y minutos. Independiente del Valle no tuvo más resto y los últimos minutos se jugaron lejos de Armani.
Más que merecido título para un equipo aplastante, que se clasificó primero en la fase de grupos, que logró superar a Huracán, que sufrió pero mostró personalidad ante Central, que bailó a Sao Paulo y que hizo pesar su jerarquía en esta final, para su segundo título continental.
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