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Masche llega a los 32 años mientras busca sacarse la espina celeste y blanca en su quinta Copa América. El hombre que debutó antes en la Selección que en River.
Javier Mascherano cumple 32 años, pero todavía le falta algo para que el festejo pueda ser completo. En Chicago, Estados Unidos, donde con sus compañeros de Selección preparan y piensan el partido del viernes, ante Panama, el Jefecito vive su quinta Copa América y sueña con poder sacarse la espina de ganar un título con la celeste y blanca. No obstante, nadie puede dudarlo: por su historia, él ya es un símbolo de Argentina.
El 16 de julio de 2003 no fue un día común para Mascherano. Tenía 19 años, jugaba todavía en la Reserva de River y no había debutado en Primera. Especialista en mirar y en estudiar hasta el menor detalle en el fútbol, Marcelo Bielsa admiraba profundamente a este volante central.
El entrenador estaba en su segundo ciclo dentro de la Selección y empezaba a preparar al equipo para una nueva Copa América, que se realizaría el año siguiente. Entonces, en un amistoso en el que se abrían las puertas del estadio Único de La Plata, en un cruce contra Uruguay que terminó 2-2, decidió hacer debutar a ese muchachito que presentaba un carácter tremendo. Masche debutaba en la Selección.
"Mascherano es el ejemplo a seguir", dijo Diego Maradona, cuando tuvo que definirlo. A esta altura, vale decirlo: un mensaje de un emblema a otro. Mascherano ya jugó tres mundiales -2006, 2010 y 2014-, está disputando su quinta Copa América -2004, 2007, 2011, 2015 y 2016-, y dos Juegos Olímpicos. Tiene tres subcampeonatos de Copa América, uno de Mundial y dos medallas de oro en Juegos Olímpicos. Y, aunque ya no era el capitán del equipo, antes de que arrancara la Copa del Mundo de Brasil le dijo a sus compañeros: "Vamos a ganar que ya no quiero comer más mierda".
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