La nueva temporada del Calcio abre otra vez el interrogante: ¿logrará alguna vez parecerse a aquel que dominó el mundo futbolístico en la década del 90?
Los domingos por la mañana era una cita obligada. La giostra dei gol y las trompetas características al momento de un gol en cualquiera de las canchas del Calcio. Los mejores jugadores del mundo brillaban en la Serie A. La Champions League y sobre todo la Copa de la UEFA siempre tenían a un italiano en la lucha o campeón. Pasó ya una década y media del fin de los 90 y el comienzo del ocaso de un fútbol tan rígido y táctico como romántico.
Hoy es tiempo de la dinastía de Juventus, otra vez. El grande que hizo ruido al caer por el Calciopoli, que lo mandó a la Serie B y lo vio volver, renovado y hambriento. Se recuperó y es tetracampeón, redoblando aquellos dos títulos conseguidos en 2004-05 y 2005-06 y quitados por el Moggigate, el escándalo de partidos arreglados que sacudió el mundo, Italia y Turín.
La liga que empieza este fin de semana verá a una Vecchia Signora renovada o al menos sin tres de sus grandes figuras de este ciclo: Arturo Vidal, nueva estrella de Bayern Munich; Andrea Pirlo, de despedida en Estados Unidos; y Carlos Tevez, cumpliendo su deseo de volver a Boca. Para reemplazar al Apache llegó otro argentino, Paulo Dybala, sensación de Palermo. Sigue Paul Pogba, obligado a ponerse el equipo al hombro junto al eterno Gianluigi Buffon y al experimentado Giorgio Chiellini.
Pero en el Bianconero pesa aún la derrota ante Barcelona en la Champions League y eso abre puertas. ¿Será finalmente el año en que Roma no se quede solamente en amagues y pueda pelear hasta el final? ¿Habrá lugar para un sorpresivo Lazio? Y, por sobre todo, ¿se despertarán Inter y Milan, gigantes dormidos?
La última fue una temporada negra para Inter y Milan, octavo y décimo respectivamente. Roberto Mancini no tiene mucho margen y cuenta con un plantel que deberá trabajar en función de Mauro Icardi, su solitario goleador; Sinisa Mihajlovic, elegido por su buena campaña en Sampdoria, tiene a disposición una delantera que garantiza goles con Carlos Bacca y Luiz Adriano. Pero la coincidencia es que ninguno piensa en función de equipo.
La memoria va otra vez a los 90, o finales del 80. Maradona en Napoli, Platini en Juventus, Van Basten y Gullit en Milan, Matthaus y Klinsmann en Inter, Gianluca Vialli y Toninho Cerezo en Sampdoria, Claudio Caniggia en Atalanta. Un poco más acá Gabriel Batistuta en Fiorentina, Juan Sebastián Verón y Hernán Crespo en Parma y luego Lazio, Ronaldo en el Neroazzurro. Millones y millones de dólares para una liga de elite que se desmoronó al explotar por los aires su burbuja financiera de mafias locales y empresarios inescrupulosos.
La reconstrucción sigue para el fútbol cuatro veces campeón del mundo de selecciones, de 12 títulos y otros 15 subcampeonatos de Champions, además de nueve Copas de la UEFA y seis finales más, a las que se le pueden sumar siete campeones y cuatro subcampeones de la vieja Recopa de Europa. Aquel que perdió, a manos de la Bundesliga, su lugar entre las tres mejores ligas del mundo según el coeficiente UEFA y para la IFFHS. Un certamen sin "jugadores franquicia", donde los grandes simplemente están de paso hasta llegar a un nivel superior en Inglaterra o España, que con dinero le arrebataron buena parte de todo el circo que supo tener.
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